La voz que nadie escucha es un proyecto destinado a fomentar el uso de la cultura como herramienta de reinserción para mujeres condenadas, tanto dentro de las prisiones como como penas alternativas. El proyecto incluye una serie de actividades piloto de contenido artístico en las prisiones (música, artes plásticas, literatura…) así como otras actividades de sustitución de condena en los casos posibles (fuera de las prisiones). Además de fomentar la actividad cultural, el objetivo principal es demostrar la posibilidad del uso de la cultura como pedida alternativa a ciertas penas privativas de libertad o condenas de otro tipo.